La diplomacia es la forma de solucionar un conflicto, sea una guerra o una denuncia, por medios que seducen el sentido y calman los vientos irracionales.
Hace unos segundos que terminó el discurso-respuesta de la presidenta Cristina al sector en conflicto (léase los "muchachos del campo y la sociedad rural"), y la sensación que queda en el aire es que volvió la Cristina del "puño levantado".
Los rostros de los "piqueteros de la abundancia", como denominó a los agricultores y sus peones, denotaba el impacto del golpe en medio del rostro.
"Si quieren justicia señoras de la caridad...quiero que sepan que tienen que soportar 100 años de injusticia de los pobres de este país", sentenciaba otra Cristina con rodete 60 años atrás.
Las señoras "gordas de la caridad" eran las bisabuelas de muchos de los "productores agrícolas que están en los piquetes" en pleno siglo XXI.
"Nos quiere tirar a la gente en contra esta demagoga" señalaba un productor indignado, mientras se subía a su 4 x 4, que si viviera en los años de la Cristina con rodete, seguramente pintaría en los paredones: "Viva el cancer".
Cuando la palabra es la síntesis perfecta del debate ideológico
"Alguien desprevenido diría que este es un sector que siempre fue muy rentable y tiene un gobierno malo. Es exactamente a la inversa.
A comienzos de los 90, los productores del campo se debatían también entre el remate de sus campos y la falta de competitividad de la economía argentina. En el 91, con la convertibilidad y el 1 a 1, se eliminaron las retenciones, pero casi nos quedamos sin productores".
Las palabras como foto desnuda de un escenario que mezcla a la Sociedad Rural, con los Benetton, los Moyanos, los Fernandez, y los sonidos de un Congreso Nacional que mira inerte, e extrovertido, en la brutalidad de su incapacidad manifiesta.
"Cuando hay pérdidas, la sociedad debería absorberlas, pero cuando las vacas vienen gordas, las vaquitas para ellos, las penitas para los demás", señalaba con melodías Yupanquianas, la Cristina que levantaba el puño y golpeaba con una brisa de datos, números, estadísticas, e ironías, en el Salón de una casa más Rosada que nunca.
Sin duda que la pelea es ideológica como lo son los rostros de "peones en negro" que fueron llevados por sus "patrones perjudicados", y luego de las palabras de la Reina Cristina (hoy con más rodete que nunca), se miraban como diciendo: "y si metemos las patas en la fuente, y pedimos por la libertad de ese general llamado Perón".
La diplomacia, a veces, sólo a veces, es la continuidad de la guerra por otros medios. En el día que Cristina volvió a ser Cristina, la diplomacia fue sólo el pretexto de una batalla que comienza pero que se terminó hace años con el "estatuto del peón".
DR
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