Cuando cierro los ojos del alma es cuando veo tu cuerpo testimonio.
Lo veo joven, y entre sonrisas, como una bocanada de aire sureño.
Lo veo claro, y entre niños, como un silencio que nos aturde.
Carlos vive...porque la vida se resiste al olvido.
Carlos vive...porque la impunidad se siente acechada.
Carlos vive...porque tus hijos son sus alumnos.
Carlos vive...porque el dolor se viste de guardapolvo blanco.
Carlos vive...como una brisa que nace de tus ansias, que recorre tus nostalgias,
y se incrusta en tu garganta.
Seremos Carlos para no sentirnos solos.
Seremos Carlos para beber de la fuente de tu alba.
Por siempre...
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